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Gracias a los avances en tecnología digital de los últimos años se han hecho muy populares los vídeos amateurs, ya que las mujeres ahora sólo necesitan un smartphone o una sencilla cámara para enseñar su cuerpo desnudo a todo el que lo quiera ver. Normalmente al principio las madres separadas sólo se instalan una webcam en su habitación para conseguir un dinero extra, pero en cuanto ven que es fácil ganarse la vida de esta manera pasan a ser productoras novatas de porno amateur y se graban sus propias escenas para venderlas en los grandes portales de internet.
El éxito de una escena amateur no se puede valorar por la experiencia de los actores porno ni por la calidad de la imagen grabada, sino que se basa en otros parámetros totalmente diferentes y más difíciles de calcular. En realidad cuanto más casero y menos prepararado parezca un vídeo XXX más excitante puede llegar a ser para el que lo ve, y muchas veces las protagonistas de estas películas son mujeres anónimas que es la primera vez que se ponen delante de las cámaras o que ni siquiera saben que están siendo grabadas.
En los vídeos caseros normalmente salen mujeres casadas teniendo sexo con sus parejas en las posturas más clásicas, y en el caso de que sean amas de casa infieles el amante puede ser cualquier hombre falto de cariño al que le atraigan las maduras. En cambio cuando hablamos de las cámaras ocultas siempre están colocadas en lugares no visibles sin el permiso expreso de las mujeres pilladas, y pueden estar situadas tanto en lugares públicos como en espacios privados. Es posible que las cámaras de seguridad graben vídeos porno casi por accidente en el puesto de trabajo o en la calle, pero cuando vemos escenas en los lavabos de un restaurante o en habitaciones de hotel está claro que algún pervertido las ha colocado ahí para hacerse después una paja.