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Desde que descubrimos por primera vez el placer en la pubertad tenemos la curiosidad por conocer todos los secretos y variantes de la sexualidad humana, y una de las primeras fantasías que hemos tenido todos ha sido la de hacer un trío en la cama. Mientras no podamos hacer realidad ese sueño erótico siempre tendremos algo pendiente en nuestra cabeza, incluso en los casos de maduras felizmente casadas o de hombres con pareja estable que tienen cubiertas ampliamente todas sus necesidades afectivas.
Para poder cumplir a los cuarenta ese deseo oculto sólo hay dos caminos casi opuestos: hacer un trío con la pareja o buscarlo fuera del matrimonio. Si se lo proponemos a nuestro esposo o esposa y rechaza la petición desde ese momento desconfiará de nosotros y perderemos la oportunidad, pero si al final aceptase obtendríamos una experiencia nueva y excitante para los dos. En el caso de no querer complicarnos la vida podemos buscar en webs liberales y de contactos voluntarios para participar en tríos, aunque hay que decir que es bastante más fácil encontrar a hombres solteros que no a maduras calientes.
En los tríos entre una madura y dos hombres se pueden alternar el sexo anal y el sexo vaginal, pero el mundo del porno ha popularizado entre la gente prácticas sexuales anteriormente consideradas como extremas, como es el caso de la doble penetración, donde los dos actores se ponen de acuerdo y penetran simultáneamente los dos agujeros de una mujer hasta el final. Del mismo modo es habitual encontrar escenas de tríos con dos mujeres donde suceden supuestos incestos madre-hija con el novio de alguna de ellas que no son reales, y también tríos de lesbianas donde la penetración la pueden proporcionar diversos juguetes eróticos.