Dos amigas jubiladas se dan el festín de su vida con la gran polla del negro

Eso de cuanto más vieja más pelleja es cierto, pero no menos cierto es que cuanto más madura nos la pone más dura. Y estas dos amigas jubiladas y ninfómanas tienen la vida económica resuelta y ahora solo piensan en pollas. Así que salen siempre juntas por la noche a discotecas de gente veterana donde siempre hay chicos que buscan echar un polvo fácil. Se produce una buena simbiosis en estas discotecas, maduras que buscan echar un buen polvo con chicos jóvenes, y chicos jóvenes que con cierto complejo de Edipo quieren follar con una mujer experimentada que sepa lo que haga y sea muy viciosa como estas dos abuelas.