Follada y corrida sobre las tetas masivas de la madura vecina del tercero

Desde bien joven el chico andaba loco por cruzarse en la escalera o ascensor con la madura tetona del tercero. Pero ella nunca se fijó en él hasta que ya tuvo dieciocho añitos, a partir de ahí las miradas y sonrisas eran de otro calibre, mucho más picantes y seductoras que las normales. Así que se armó de valor y fue a picar a su puerta con cualquier excusa para poder conversar y quizás que le invitara a entrar. Parece que la madura mega tetona estaba deseando que el chico diera ese primer paso, y nada más abrir con un camisón que apenas tapaba sus partes más íntimas. Tanto la madura como el joven parecía que hacía años que esperaban ese momento y después de follar como jabatos y sudar la gota gorda el chico se corrió a lo bestia embadurnando las enormes ubres de la vecina madura.