Juegos eróticos con la bella madrastra rubia de tetas pequeñas

Hacía tiempo que la relación entre madrastra y el hijo universitario de su pareja era algo más que maternofilial. Pero ninguno de los dos se atrevía a dar el paso así que el chico aprovechó una tarde a solas con ella para proponerle un juego divertido en el cual se tenía que vendar los ojos. En realidad era la jugada para poder forzar la situación de forma casual y que tanto la madura como el jovencito se desquitaran y realizaran sus deseos más secretos. La mamá se prestó de buena gana pero con algo de timidez y vergüenza porque en el fondo se veía venir como iba a acabar todo. También el hecho de tener los ojos vendados le facilitó todo y además la puso muy cachonda cuando el chico le empezó a rozar con un dedo su pezón que asomaba debajo del vestido.