La vieja anciana de ochenta años se follo a un yogurín

Nunca pensé que ver follar a mi esposa me daría tanto morbo. El otro día ella fué a la verdulería y el verdulero se ofreció a acompañarla para traerle las bolsas. Cuando entró, me dijo que el chavalín la había coqueteado todo el camino y yo le dije que, si se lo quería follar, le daba permiso para todo. El tío aceptó con gusto la propuesta, y se echaron un increíble polvo sobre la escalera mientras yo los grababa. Me dió mucho placer verla cabalgar sobre esa joven, dura y enorme tranca, y desde ese día, he vuelto a calentarme con ella como cuando eramos jóvenes.