Mamá porque no me haces mi comida favorita

El viejo papá se siente feliz pero es bastante inocentón con su bella nueva esposa. En casa no se da cuenta de los cruces de miradas y roces en el sofá entre la madura y el joven hijo. Quien le iba a decir que se la iban a pegar en sus morros las dos personas que más quiere en la vida. Pero el joven con las hormonas a máxima potencia y la mamá rebosando sensualidad con sus modelitos estaba claro lo que iba a suceder. Llegó un punto que ya no se cortaban y se ponían a tontear en la cocina mientras el padre leía el periódico.