Masaje con final feliz para la jubilada del Imserso en el hotel de lujo

Quién le iba a decir a esta señora mayor, a sus setenta y pico que iba a tener las mejores vacaciones de su vida. Esta vez junto con unas amigas habían elegido un hotel de la costa catalana para disfrutar del buen clima bronceándose junto a la lujosa piscina del hotel. Además al ser un cinco estrellas tenían a su disposición un montón de servicios extra, pagando claro, que les hacían la estancia inmejorable. Una mañana temprano, la vieja estaba la primera en la tumbona disfrutando del calorcito en su piel cuando uno de los chicos del staff se le ofreció a hacerle un buen masaje relajante. Lo que no imaginaba que al chaval le gustaban las mujeres de edad avanzada y por una buena propina estaba dispuesto a llegar con su lengua y sus dedos a todos los rincones de la arrugada piel de la abuela.