Quién podía imaginar que la abuela se las comía dobladas

Cuando uno ve a una mujer de más de sesenta siempre se acuerda de su adorable abuelita. Pero se olvida que son personas, y como todos los seres humanos independientemente de la edad tienen sus necesidades. Y la edad no tiene límite cuando se trata de sexo, es más cuanto más mayor se hace uno más salido se vuelve y más ganas de follar le entran. Y esta adorable abuelita para sus nietos y una caliente y sexy vieja para otros nos dejará con la boca abierta viendo como se traga enterita una polla bien gorda. La mujer arrodillada y sujetando con las dos manos el grueso tronco del tío mientras separa bien sus mandíbulas para mamar la tranca. Después cuando se ha saciado y su viejo coñito está mojadito monta al tío como si fuera una chica de veinte.